Antes de la llegada de los jesuitas al Pozo de Tío Raimundo, con José María de Llanos a la cabeza, el barrio ya contaba con una pequeña historia –a modo de preludio– que se había difundido de generación en generación y que recogieron científicos como Constancio de Castro o Esperanza Molina a partir de 1956. Esa información nos hablaba de un barrio con un origen casi mítico donde se construyeron unas primeras viviendas o txabolas por un vallecano, un emigrante jienense de Martos y un astur, José Cortina, quien se instaló en la zona en torno a 1925 y levantó una vaquería. Bien, en este texto se quiere profundizar sobre este aspecto, es decir, sobre quiénes eran exactamente aquellos primeros pobladores; ir más allá y saber cómo eran los terrenos del actual Pozo siglos atrás; cómo se realizaron las primeras parcelaciones de la zona, o cuándo se construyó el famoso abrevadero por un personaje casi literario como fue el Tío Raimundo. Y todo, desde una posición histórica con documentos y noticias de prensa que confirmen y avalen ese preludio histórico relatado en forma de tradición popular. Un relato hasta llegar a 1955 y la aparición de los mencionados jesuitas en el Pozo para comenzar, junto a los vecinos del barrio, aquellos famosos diálogos cristiano-marxistas que trajeron desarrollo y justicia a una de las zonas más pobres de los suburbios de Madrid.
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